De paso

HAY POCOS LUGARES MÁS SURREALISTAS QUE UN AEROPUERTO. Tierra de nadie, suelo de mil pasos, aire de espera que nadie desea, puro trámite.

Deseos de llegar y de partir. Esperanzas rotas que se quedan hechas pedazos en los bancos. Añoranzas de cuerpos, miradas, lugares. Prisas y alibios. Cuatro palabras de un libro que vuelan mientras mil estómagos se agitan imaginando qué o quien le espera al otro lado de la puerta. Diálogos por la mitad, cortados por el cuchillo de un teléfono… quizás de ahora vengo. Quizás de quien sabe cuando vendré.

Reuniones pendientes, reuniones pasadas. Desidia y segundos que se escurren lentos y pegadizos como gotas de mercurio. Paisajes que se huelen y se van grabando en el cuerpo antes de llegar a ellos. Otros que te queman con solo pensarlo, amenazantes a tus espaldas, ya a lo lejos.

Y esas notas de música, mucha música de muchos oídos… pendiendo, colgando de una fría y geométrica pared.

En los últimos 5 meses he estado en 7 aeropuertos y cojido 16 vuelos. Y si lo piensas, haber empleado esos segundos en contarlo es algo tan absurdo como haberlos perdido en trazar una frontera.

Frida

“A Frida le duelen los huesos
y mirándose al espejo
pinta todo su dolor
a Frida le duele la vida
y aprendiendo de su herida
llena todo de color
Diego mi Diego Diego mi amor
por qué pienso que eres mío
si eres sólo tuyo y Diego…
Frida miró al elefante
y empezó a desdibujarse
pero nada le importó
Diego miró a la Paloma
y la amó entre tantas cosas
entre el lienzo y pasión
Diego mi niño Diego pintor
por qué pienso que eres mío…
si eres sólo tuyo y Diego…»

El elefante y la paloma (P.Guerra)

A MI PADRE SIEMPRE LE FASCINÓ DIEGO RIVERA. Como con otros tantos pintores, me desgranaba sus lineas, su revolución de trazado puro y limpio. Pero yo ya no podía escuchar: me había perdido profundamente y sin remedio en el mundo de la brillante, palpitante, pasional, excéntrica, dolorida, onírica Frida Kahlo.

Y fue resiguiendo su pincel como yo también fui aprendiendo de mi herida y llenando todo de color.

(Las fotos fueron realizadas gracias a la inspiración y las ideas de Andreea Muscurel… o algo que estalla cuando estás ahí)

«Un@ sólo conserva lo que no amarra»

VOLQUÉ MI MIRADA HACIA ATRÁS. Me vi de nuevo en una habitación desde la que se desdibujaba una línea de mar azul con el pueblo a sus pies. Me vi de nuevo abriendo los ojos, quedándome un rato más en mi cama escuchando como único sonido graznidos de gaviotas. Sonar de campanas.

Ahora me despierto y te veo al lado. Escucho niños jugando. Claxons, humo, gris…hasta tomar el camino que me lleva a la playa. Y me sumerjo en ideas, imágenes, propuestas…

Me vuelvo a embarcar quince días en el Vell Marí y como a veces me pesaba, me paré y volqué mi mirada atrás.  Para valorar de nuevo mi ahora… conseguí hacer de esto mi trabajo. Ningún día igual que el otro. Personas que ayudan a crecer. Salidas al azul que al final rompen la monotonía con aire fresco. Y la sal pasó de repente, como un río que no para, de la mente al alma.

Cómo cambió el escenario, cómo cambié yo por dentro… cómo a fuerza de irme empujando, a trompicones y  dolida a ratos, estoy donde estoy ahora. Por fin, a pesar de la ciudad o quizás gracias a ella, alzando el vuelo. Por fin,  volando.