Aaaaaaaaayyyyssss….(suspiro, suspiro)

Estaba pensando que ésta fue la última vez que me pude meter al agua con la cámara. Una mañana temprano de diciembre. Viento off-shore, un metrillo de ola (o menos, no me acuerdo) que poco abría, bastantes revolcones (acuáticos) y buena compañía. Al salir, el propósito de probar de practicar los tubos echándose a todos los cerrotes «aunque nos chapen encima». El mismo propósito que para mí quedó en el aire, esperando.

Quedan exactamente 17días para que pueda volver al agua en condiciones. Voy encargándole a Neptuno las olas…

«Si me quedo a oscuras, luz de la locura ven y alúmbrame…»

Después de algunas sesiones de fotos con gente distinta puedo decir que lo que las convierte en algo fácil o extremadamente difícil es un brillo dentro de cada uno que sencillamente está o no está. Recuerdo algunas sesiones con personas extremadamente bellas, perfectas… pero una vez empezábamos el show, me iba naciendo una angustia que intentaba contener entre clik y clik al ver que con esa persona, no iba a poder. A pesar de su actuación, a pesar de querer darse, mi mente no veía nada, no encontraba nada. Otra vez alguien me dijo que un renombrado fotógrafo siempre comenta que odia fotografiar a modelos, por este mismo motivo. Personalmente, me parece que más que la profesión del fotografiado, lo que puede tener que ver es el hecho de que cuando el duende de dentro del que posa no conecta con el que fotografía, el escenario se vuelve vacío. Hay millones de  «bellezas frías»… aunque quizás su temperatura dependa del ojo que la mira.

En el caso de estas imágenes, obtenerlas fue sólo una de las numerosas excusas con las que nos encontramos para ir alimentando un proyecto que en breve saldrá a la luz. La idea era hacer fotos con gestos desafiantes a las chicas, pero el cachondeo surrealista por su parte y los tintes de sarcasmo por la mía fueron inevitables. Unas risas. Ahí van las fotografías de una de ellas, una persona que es un puro estallido de energía.

Y ahora me doy cuenta de que, esta vez… qué facil fue.

En realidad, nos sobran los motivos

Hace unos días tuve agua helada bajo mi vieja tabla y mientras bajaba no podía evitar soñar que detrás rugía una ola enorme que me concedía unos minutos de pared.

En esos minutos me vino a la mente qué es lo que más me gusta del surf y su fotografía: la inevitable sincronización con la mar. Sólo a ella le permito «mandar y punto». Sólo a ella me someto. Porque sólo así, adaptándonos, aceptando, nos enseña el placer del camino en una búsqueda, esa virtud que tanto cuesta llamada paciencia y el reencuentro con un sentimiento salvaje y siempre puro que surje cada vez que nuestra mente se vacía a la espera activa de la siguiente serie.

A cada uno le mueve algo distinto que le hace seguir surfeando, navegando, buceando, esquiando, patinando, escalando… Sea lo que sea y sea como sea, no perdamos el origen de lo que nos mueve entre tanta moda. Porque si perdieramos eso, perderíamos el norte.

Vamos a seguir buscando…

Aniversario…

Hace justo siete días que hizo un año desde que abrí el blog y, como me gusta el siete, he querido hacer una pequeña retrospectiva. Creo que los objetivos iniciales se han cumplido con creces (Clikad aquí para ver la entrada 1). Esto no tendría sentido sin vuestros comentarios, dentro y fuera del blog. Seguiría con menos ganas si alguna vez alguien no me hubiera dicho que leer algo le ha dado un poco de luz en un bajón. Si los de siempre no me comentaran las fotos, no me dijeran que les «sienta bien abrir esta ventana de vez en cuando». Y reconozco que me sorprende un montón cuando alguien a quien no conozco de nada me dice «Ah, pero tú no serás Saltdrop, ¿no?Sigo tu blog…al final, ¿te metiste en Guethary?» Todo eso ya es mucho mucho más de a lo que aspiraba.

Para todos los incondicionales; para los que perdéis algún minuto de vuestro día a día vagando por mis pensamientos tecleados; para los que he conocido más gracias a este espacio… ahí va un pequeño recopilatorio de fotos de posts que por un motivo u otro han tenido un significado especial en este año. Si clikáis encima de la foto,os mandará a la entrada que corresponde. Por si queréis seguir perdiendo un poco más de vuestro tiempo para perderos en el mío.

QUE SEGUEIXI LA FUNCIÓ!

Pic by SaltDropKid

Roger Ferrero (un chico con sonrisa de gaviota)

Él es, según mi opinión y sin ánimo de ofender a nadie, uno de los mejores fotógrafos de mi generación que conozco. Desde que le encontré, disfruto con cada una de sus imágenes. Será que lo que sacamos de dentro para afuera, sea en la forma de expresión que sea, dice mucho de nosotros. Él lo muestra con una técnica cuidada, sí…pero también con segundos de vida, humor, acción y grandes pequeñeces… todos pillados al vuelo.

Seamos realistas, en estos tiempos hay fotógrafos hasta debajo de las piedras. Gente a la que le importe más desarrollarse en sus imágenes que los megapíxels de la cámara, ya no hay tantos. Personas que se detengan, respiren, absorban del entorno y hagan clik desde dentro con secillez y respeto, hay más bien un puñado (más o menos). Pero Roger, además de todo eso, tiene una calidad que realmente parece ser rara en esta sociedad de chicle: él es, por encima de todo, un muy buen tipo. Y eso es inevitable que se vaya desprendiendo de todo lo que crea.

Dice ser un fotógrafo de skate, pero para mí es mucho más que eso. Y sino, juzgad vosotros mismos (http://www.myspace.com y http://www.rogerferrero.com).

All pics by: Roger Ferrero

Gràcies…

Cada uno con sus sinvivires…y una vuelve a estar fotera

Hace un par de semanas que me sentía afótica. Como los seres que viven sin luz, yo vivía sin ver imágenes. Sólo quería nutrirme de las de los demás y aprender técnicas nuevas. Antes cuando me sucedía, me preocupaba. Ahora lo dejo fluir…lo que esperaba por ser contado sigue ahí. Pero quizás suceda que como cualquier cosa que uno tiene dentro que le llena y le apasiona, hay que dejarla reposar a veces. O quizás se estén gestando historias nuevas. En este caso, creo que el resultado ha sido un nuevo juguetito como calentamiento hacia la Leica, alimento de mi obsesión.

Justo antes de que el afotismo sucediera, estuve recluída con el oído peleón. Fuera, vendaval, temporal y maretón. Magia de bravura polar. A pesar de que «no tenía que salir», necesitaba buscar momentos de chasquido de diafragma. Intenté aguantar un rato en la playa pero tiritaba y dolía. De modo que me volví dentro del coche y mira por dónde que esa posición de voyeur me gustó. Unas fotografías curiosas.

«Amo tanto tanto la vida…

… que de ti me enamoré,

y ahora espero impaciente

ver contigo amanecer…»

«Amo tanto la vida», I.Serrano

Esta canción siempre me ha recordado a mi madre. No me apetece incluir el resto, porque con los años te das cuenta de que en realidad ella se merece que le ayuden a suplir tanto negro con naranja, verde, púrpura, azul.  De todos modos, si queréis escucharla, clikad encima del nombre de la canción antes de las fotografías.

Tampoco quiero incluir aquí más fragmentos de tristeza, aunque sea dulce, porque la experiencia que me trajeron estas instantáneas fue demasiado bella como para embrutecerla con negatividad. Fluido dentro y fuera.  Alguien rebosando luz en nuestro medio salado. Deseos de repetir. Vida. Vida dentro y fuera.

Contemplando olas romper

En un capítulo de los Simpsons, la sabia Lisa dijo que los chinos usan la misma palabra para designar crisis y oportunidad. Sea cierto o no, creo que en estos tiempos no sólo a mí me sirve. Hay personas a las que el «llegan malos tiempos» les ha ido inyectando buenas dosis de miedo. Pero muchas otras han hecho oídos sordos a esa frase tantas veces repetida y han aprovechado la situación, convirtiéndola en el principio de su nuevo proyecto. Felices de poder empezar a luchar por ganarse la vida con lo que les completa; ya sin horarios, ni jefes ni pies encima de la cabeza. De su ejemplo, otros hemos ido ganando impulso.

En el umbral de un año entero, lo primero que me viene a la cabeza es que es un año par. A pesar de ello, tengo ganas de emprenderlo, de coserlo despacito, contemplarlo y trabajarlo. Tengo la sensación de que el último año metí muchas ideas y nuevos proyectos en un caldero, flotando en el agua de las oportunidades. Este año va a ser el de cocinarlo todo con esmero, a fuego lento; preparar la mesa con decisión y comer el guiso en buena compañía. Quizás al año siguiente, que será impar, tocarán los postres.

Ayer me paré a recorrer el 2009 y me di cuenta de que ha sido un gran año. Con pinceladas de frustración y angustia, por qué negarlo, pero me hace feliz ver cómo al recordarlo, no puedo reprimir la sonrisa. Hacía algunos años que no me pasaba, siempre esperando que el  año siguiente sí fuera mejor. Algunas veces (pocas) alguien dice: «Piensas demasiado». Pues sí…me gusta pensar. Y también me gusta la gente que se para y reflexiona. Y mira. Y discute. Y anda. Y actúa.

Me he dado cuenta de las ganas que tengo de dar los carpetazos que tocan para este 2010… el final de una segunda licenciatura, reportajes que sólo les falta el último retoque, otros por emprender, un cambio de casa y de vida, acabar una tesis doctoral…no es poco.

Me he dado cuenta de que he aprendido a respirar un poco más, contemplar bastante más y saber entender cuando el alma pide compañía y cuando soledad.

Me he dado cuenta de que este mundo de unos y ceros me ha saturado. Algo dentro necesita huir un poco de tanta tecla, de tanto conocer a alguien sin conocerlo, de tanta realidad que no es real, de tan poco mirar a los ojos, de tanto observar una pantalla a menudo vacía. Quiero oír voces, escribir cartas, compartir cafés, observar olas romper, contemplar fotos en papel. Y ahora va y se me mete en la cabeza que quiero una Leica. Este pequeño espacio me hace sentir bien, por vuestras respuestas y por mi desahogo de la necesidad de comunicar. Seguiré cuidándolo. Pero no quiero olvidar que el ciberespacio no es mi mundo, sólo mi herramienta. Mi mundo sois vosotros en carne y hueso, cuando andando me cojéis del brazo.

Me he dado cuenta de que la gente de siempre sigue ahí aguantándome; de que otra ya estaba y la he conocido más y me llena; de que también ha aparecido más gente nueva, sorprendiéndome. Gràcies.