Felicidad / Happiness

[CAS] Cuando intento escribir en los últimos meses siento que las palabras de antes me quedan grandes. La costura de la frase siempre cae más abajo de donde termina mi hombro. Una de las pocas cosas que ponían de los nervios a mi abuela.

Cuando miro un año atrás, me parece que hayan pasado treinta. Todo para hacerme ver que la felicidad es mucho más facilona de lo que creía. Una mezcla exacta de intensos diálogos que barren las dudas. Mucho sol y poca sombra. Una cámara fiel. Un trozo de ola. Que cualquier miércoles sea un domingo. No saber dónde están los zapatos de tanto tiempo que estoy sin ellos. Un trabajo al que mimar creando. Luz que se filtra entre el azul de mar y aire… Y algunos ratos de piel desnuda.

[ENG] When I try to write in the last months I feel that the words I used before are too big for me. It’s like if the seam of the sentence always falls below my shoulder. One of the few things that put my grandmother on her nerves.

When I look back one year, it looks like thirty. And I realize that happiness is much more easy than I thought. An exact mix of intense conversations that sweep the doubts. Lots of sun and little shade. A faithful camera. A bit of a wave. Any Wednesday becoming a Sunday. Not knowing where are my shoes, after having been so long without wearing them. A job to take good care while creating. Light that filters through the blue of the sea and the air… and some moments of bared skin.

La memoria del incendio / Fire memories

[CAS] En esta zona del globo tan revuelta, los incendios de verano llegaron avivados por quien no quiere invertir demasiados recursos ni en controlarlos, ni en prevenirlos. La isla que me cobija ardió durante días, el fuego devoró también buena parte del norte de mi tierra. Impotencia. Suerte que el bosque es sabio… y sabrá crecer entre las cenizas. No sé si sucederá lo mismo con nuestra sociedad occidental, que arde sin saber para qué ni hacia donde. Demasiada acumulación de países de locos, señoras y señores.

Mientras el fuego avanzaba por el barranco que de verdad debía parecer un infierno, el aire en la playa era cada vez más denso. Y las cenizas empaparon el agua.

[ENG] In this messy area of the planet, summer fires came flared up by who don’t want to invest too many resources on controlling or preventing them. The island that shelters me burned for days, the fire consumed too much of the north of my country. Impotence. But the forest is wise … and it will know how to grow from the ashes. I don’t know if the same thing will happen with our Western society, which burns without knowing why or where. I guess we have an excessive accumulation of crazy countries, ladies and gentlemen.

As the fire progressed into the gorge that really may look like hell, the air at the beach was becoming denser. And the ashes soaked the water.

Demonios / Demons

[CAS] A veces tu demonio se viste de seda y terciopelo, renace de lo más hondo en una espiral de belleza. Te relame, late a un pulso irracional, se mete en tu mente y le saca brillo a tus dudas. Echa la cabeza para atrás y se ríe de ti.

A veces basta con mirarle de frente sin enfrentarse, sin sentirse culpable al reconocer que todos tenemos demonios que viven dentro, relamiéndose con nuestro festín de miedos. Demonios que nadie trajo, que no tienen por qué irse del todo y que nos hacen no tener más remedio que  crecer.

[ENG] Sometimes your demon wears silk and velvet, reborns from the depths in a spiral of beauty. It licks you, it beats at an irrational  pulse, it gets into your mind and polishes your doubts. It throws its head back and laughs at you.

Sometimes you just face it without meeting it, without feeling guilty by accepting that everyone has demons living inside, licking their lips with the fest of our fears. Demons that none brought, that they don’t have to go away and that they push us to grow.

Natación sincronizada / Synchronized swimming

[CAS] Mucha Agüita estos meses. La mezcla de proyecto que vale con la sensación de estar en familia, me están haciendo imposible el desapego.

Nuestro último trabajo juntos fue en una exhibición de natación sincronizada con el Club Natació Manresa y los trajes de baño de Agüita. Ya hemos visto lo que sucede sobre de la superficie cuando las sirenas tienen ensayado un baile. Ahora nos preguntábamos, en esa harmonía de subidas y bajadas, de piernas y brazos siguiendo el mismo ritmo… ¿qué estará sucediendo debajo?

[ENG] It’s a lot about Agüita those months. The combination of a project that it’s worth and the feeling of being part of a sweet aquatic family, are making detachment impossible for me.

Our last work together was an exhibition of synchronized swimming with the Club Natació Manresa and Agüita‘s swimwear. We have already seen what happens above the surface when the mermaids have rehearsed a choreography. Then we wondered, in this harmony of ups and downs, legs and arms following the same beat … What would be happening under it?

Sasha Digiulian y Agüita

[CAS]Sé que en los últimos meses mis amigos se habrán preguntado más de una vez dónde ando metida. La respuesta es de aquí para allá y trabajando. Mucho. Disfrutándolo. Mucho. Uno de los proyectos en los que me he involucrado de manera inevitable, hasta el fondo y con ganas, es con la marca de trajes de baño Agüita. He empezado a seguir a su equipo de riders de cerca y aquella idea de poner mi granito de arena en el mundo del deporte femenino a nivel visual, empieza a cobrar sentido.

Os dejo el último trabajo que realicé en colaboración con Homelessurfers para Agüita. Se trata del video perfil para su último fichaje, la escaladora Sasha Digiulian. Con este video pretendíamos llegar a una chica a quien, más allá de las medallas, las películas de cine y los récords, lo que le apasiona es escalar. Creo que conseguimos ver más allá de la admirada Sasha Digiulian y nos encontramos con Sasha… simplemente Sasha. Así la conocimos después de haber coronado un 9A en Margalef.

[ENG]I know that in the past few months my friends have wondered more than once where the hell I am. The answer is here and there and working. A lot. Enjoying it. A lot. One of the projects that I have inevitably been involved is to the swimsuit brand Agüita. I started to closely follow their team of riders and that idea to somehow contribute in the world of women’s sport, begins to make sense.

This is the last work I did in collaboration with Homelessurfers for Agüita. This is the video profile of the new girl of their team, the climber Sasha Digiulian. With this video we wanted to get to that girl whose biggest passion, beyond medals, films and records, is climbing. I think we got to see beyond the admired Sasha Digiulian and find Sasha … just Sasha. That is how we met her after having reached the top of a 9A in Margalef.

Como pájaros volando / Like flying birds

[CAS]Le gustaba ver cómo los pájaros se posaban sin dudarlo en los cables eléctricos. Su simetría pendiendo de un hilo le daba seguridad. Saber que ese cable podía dar chisporrotazos o dejarles en un segundo cual pollos fritos… y les daba igual. Los pájaros seguían llegando, se seguían posando en el cable sin dudar. Hasta que algún giro del aire les hacía cansarse del cable (porque se cansaban de estar ahí quietos, no porque se acojonaban) y alzar el vuelo. Le gustaba mirarlos y justo en ese momento… recordarte.

[ENG] She liked to watch the birds landing without hesitation in the power lines. Its symmetry hanging on a thread make her feel secure. Being aware that cable could start sparking in any moment or leave them as fried chicken just in one second… but they didn’t care. The birds kept coming, they kept alighting on the power line without hesitation. Until a swirling air made ​​them feel tired of it (because they got tired of being there still, not because they were scared) and they flew away. She liked to watch them and just in that precise moment… remember you.

 

Un espacio en la mente / A space in the mind

[CAS]Hace exactamente un mes y 20 días que cruzamos un muro invisible, flexible y absorbente que separaba los pastos de la selva costarricense. Y se nos tragó. Andamos esquivando raíces, fango, insectos, millones de sonidos ante los que al final uno se abandona. “Que salga lo que tenga que salir”. No sé si sería el olor denso, dulzón, a fruta pasada; el verdor que por mucho que miraras hacia arriba, no se acababa; la dificultad del cerebro por procesar tanta visión de vida… no sé si sería que los sentidos estaban saturados de tanto notar. Pero en ese camino me sentía como si aquella mañana hubiera sido de puro rock&roll. Totalmente colocada.  Fue en ese estado cuando despertó una sensibilidad escondida que nos hacía saber que “ahí hay algo”. Y un grupo de monos cruzan veloces el camino de rama en rama.

Cruzamos el río. La lluvia se mezcla con nuestro sudor. Llegamos a un claro y te encontramos, en medio del bosque primario. En una casa de madera construida como tú: en equilibrio, afincándose con seguridad en la tierra. “Habéis llegado hasta aquí solos? Sois valientes”.

Alfredo decidió seguir un sueño y hace treinta años abandonó su vida de músico en San José. Su sueño estaba inmortalizado en el comedor de su casa en la ciudad, en un cuadro donde alguien dibujó una cabaña en medio del bosque. Él se fue a la selva y construyó su hogar en algún lugar a una hora andando a través del bosque primario hasta el primer pueblo. La casa es más o menos autosostenible… y lo que no se consigue del bosque, hay que acarrearlo andando. Para acompañar su deseada soledad, construyó un templo a sus dioses… Led Zeppelin, Rolling Stones, The Beatles… Muchos de los pósters autografiados que cubrían la habitación, podrían darle dinero para vivir años.  Pero ahí eran necesarios… junto con el transistor de 12 voltios desde donde le mostraste a la selva que ese era tu ritmo. Que ahí, te quedabas.

“Quedaros y compartimos”, nos dijiste. “No hemos traído nada…” “ Y, ¿qué necesitas?” Me di cuenta de que no necesitaba nada… y ahí, nos quedamos.

Compartimos horas de conversación, una cascada, energía, consejos de equilibrio y armonía, rock de los 70, rayos violeta, una comida hecha a la leña, un paseo por tu extenso jardín, un “a ti te pasa con las fotos, lo que a mí con la música”.  Hasta que se despertó la luna llena y tiñó de plata las hojas, la casa, el cielo, vuestras caras… y me quedé medio dormida en el vaivén de una hamaca mientras Pachamama me acunaba cantando una nana de un rumor que no para en cuanto cae la noche en la selva. Y se me iban quedando grabadas todas aquellas horas de palabras y de silencio.

Alfredo quiso acompañarnos en nuestro camino de vuelta. Hablaba con las arañas, conocía las propiedades de cada planta. “Ojalá vuelvan pronto… y les explico más de lo que el bosque me enseñó”.  Cruzamos el umbral de la selva, esta vez al revés, y al lado de un campo amable llamó a Antonio para que nos viniera a buscar con su quad. El cielo empezó a crujir hasta reventar en una lluvia tropical sin tapujos. Nos abrazaste. Traqueteando en el quad de regreso al hostal, “vamos a ver si podemos cruzar ahora el río” . La lluvia  rugía empapándonos la ropa, erizándonos la piel. Empecé a templar, con tanto golpe de agua no podía ni abrir los ojos. Me acordé de tu  abrazo al despedirte, de tu “Feliz cumpleaños”. Y todo cobró sentido, como si la lluvia quisiera limpiar sin pudor a todos los seres vivos, haciendo los miedos más profundos. Quería quedarme ahí. En el bosque, en el verde, en la vida, en el millón de especies creciendo y muriendo. Quería quedarme. No sentía que me iba, sentía que algo me arrancaba de allí. Y del lugar de donde la lluvia estaba acabando con el más incrustado de mis miedos, nacieron setenta lágrimas desgarradas, un grito ahogado y veinte sollozos. Me quería quedar ahí.

Al volver a la ciudad más de una semana después, recuperé su regalo de cumpleaños: una semilla que nos protegiera a los dos, unos pendientes de coco que conservaba de cuando hacía artesanías. Y la sensación de que había creado un espacio en mi mente al que siempre podía volver. Envuelta en verde, con jaguares y monos, en paz, en equilibrio… tumbada en esa hamaca.

[ENG] It’s been exactly one month and 20 days that we crossed an invisible, flexible, absorbent wall that was dividing the pastures from the Costa Rican jungle. And it swallowed us. We walked dodging roots, mud, insects, millions of sounds to which we had to let ourselves go. «Let’s run into whatever it’s necessary to get there”. The dens and sweet smell of fruit, the intense green everywhere, the limitation of the brain to process such a vision of life got me totally drugged. Maybe it was just the way the senses were saturated of so many stimuli. But walking through the jungle, I felt like if that morning all had been pure rock & roll. Drugged. It was in that state of mind when a hidden sensitivity woke up… the one that let us know that something was there even before we saw it. And a group of monkeys quickly crossed the path jumping from branch to branch.

We crossed the river. The rain mixed with our sweat. We reached a clearing and we found you in the middle of the primary forest. In a wooden house built like you, on balance, settling firmly in the land. «Are you coming here alone? You are brave. «

Alfredo decided to follow a dream thirty years ago and he left his life as a musician in San Jose. His dream was immortalized in his dining room in the city, with a picture where someone drew a shack in the woods. He went through the jungle and built his home somewhere an hour walking from the closest village. The house is more or less self-sustaining … and what he can’t get from the forest, he has to carry it walking through the jungle. To accompany her desired solitude, he built a temple to her gods … Led Zeppelin, Rolling Stones, The Beatles … Many of the autographed posters that covered the room, could be sold for a sum of money that would allow him to live for years. But they were needed there … along with the 12-volt transistor from which he showed to the forest that this was his rhythm. That he would stay there.

«Stay here for a night and let’s share,» he said. «We did not bring anything with us…» «And what do you need?» I realized that we needed nothing … and we stayed.

We shared hours of conversation, a waterfall, energy, balance and harmony advises, rock from the 70’s, violet rays, a meal made on a wood kitchen, an extensive tour of your garden, «it happens to you with the photos the same thing than to me with the music”. «Until the full moon woke up and silver stained the leaves, the house, the sky, your faces … I felt half asleep in the swing of a hammock while Pachamama rocked me singing a lullaby composed by the rumor that doesn’t stop when the night falls in the jungle. And all those hours of words and silence started to be recorded in my mind.

Alfredo wanted to come with us on our way back. He spoke with spiders, knew the properties of every plant. «I hope you come back soon … and would explain you more of what the forest taught me.» We crossed the threshold of the forest, this time in reverse, and he called Antonio to come get us with her quad. The sky began to crack to burst in a tropical rain. You hugged us.

Rattling in the quad back to the hostel, «let’s see if we can now cross the river.» The rain roared drenching our clothes. I started to tremble; the rain beat our skins so hard that I couldn’t even open my eyes. I remembered your embrace to say goodbye, your «Happy Birthday». And it all made sense, as if the rain was cleaning without shame all living things, making even the deepest fears disappear. I wanted to stay there. I wanted to stay in the forest, in the green, in the life, in a million species growing and dying. I wanted to stay. I wasn’t feeling that I was leaving, I felt like if something was forcing me to get out of there. And from the place where the rain was killing the most embedded of my fears, seventy torn tears, a gasp and twenty sobs were born. I wanted to stay there.

When we came back to the city more than a week later, I found again his birthday present: a seed that would protect us both, two coconut earrings kept from the time when he made handicrafts and the feeling that I had a new space in my mind where I could always go back. Wrapped in green, with jaguars and monkeys, in peace, balance … lying in the hammock.

Madre

UN SUAVE CONTONEO DE LUZ DE MAÑANA. Un ritmo de blues. El ponerte doble ración de comida, aunque ya habías dicho que no querías repetir. Palabras de aliento, de ánimo, de consejo. «Mi niño es el mejor del mundo entero (y parte del extranjero)». Alguna bronca. Un abrazo envolvente, con una mano apretándote fuerte la espalda.  Un subir las cejas cuando llegas a visitarla un domingo y hace ya unos cuantos que no pasabas por casa. Orgullo…orgullo de ti. El saber lo que le vas a contar antes de que se lo digas. Planes como excusas para compartir. Mucha risa, mucha intuición que sólo crece al compás del desarrollo de un ser vivo dentro. Una conexión que va más allá del cordón umbilical. Fortaleza y ternura. Y las ganas atemporales de tumbarte con ella, a su lado y saber que todo está bien. Que todos nos equivocamos. Que podemos volver a empezar de nuevo. Que se puede.

Más allá de que mi lado izquierdo del cuerpo sea más débil que el derecho. Más allá de que un ser crezca dentro … esto es lo que mi utopía le otorga a una de las maneras de estar, de ser, de sentir de la mujer… una de las muchas de ellas. Esa compleja y variada manera de ser a la que le llaman «ser madre».

Sigo buscando musas

ANDO MECIDA POR LA MÚSICA DE UNA EMISORA DESINTONIZADA, que combina con bastante torpeza baladas desgarradas y rumbas descaradas. Mejor dejar las promesas en falso de «voy a publicar más en el blog» … y dejar que fluya el verso. Cuando y cómo le venga en ganas. Dejemos que fluya.

Una terraza al sol, en una plaza que parece que la ciudad le robó a un pueblo. En un despiste ocuparon la única mesa libre. Y mi café y yo nos sentamos delante de una anciana sin dientes. Hablamos, se ríe, me río. Se va… ya no me da miedo hablar con la gente. Puede que sea el efecto de un nuevo proyecto que nos hace desempolvar historias de amor de desconocidos. Historias de amor que no se avergüenzan. Sea como sea, a estas alturas, he escojido quitarme suavemente la coraza.

Mientras tanto, mi cabeza sigue enloqueciendo por las musas de agua y luz que se dibujan antes de encontrarlas. Y con un «coja su turno», van haciendo cola hasta el momento en que les toque entrar en escena. Una mañana, le tocó el turno a una sirena venida de tierras del norte. Si queréis ver más fotos de esta sesión, las encontraréis si clickais en www.bodalicious.net.

¿Cuando llegamos a casa?

ANTES, APENAS LLEGABA A UN SITIO, YA QUERÍA ESTAR EN OTRO. Con las maletas echas y el alma de viaje incluso antes de empezar a andar. Pero a fuerza de deshojar un calendario de tantos meses sin hogar, uno enloquece un poco. Se cansa un mucho. Se satura de añoranza por algo que no tiene: un lugar donde llegar.

Un lugar donde el ritmo se vuelva guasón, liviano pero sin prisa. Un espacio donde dejar los zapatos al entrar. Dejar la ropa al entrar. Dejar la compostura al entrar. Dejar cualquier cosa que nos sea ajena… al entrar.

Un lugar donde por fin respirar a gusto. Un lugar que huela a guiso casero, a ropa recién lavada, a calor de ti, a palomitas y peli , a café por la mañana, a manta, a bizcocho, a beso en el hombro. Un lugar donde cambiar las cosas de sitio, donde pintar paredes, donde desordenar y ordenar de nuevo. Un lugar donde invitar a amigos y poder decir «¡Dónde vas a estas horas! Quédate a dormir». Un lugar donde el cerebro encuentre un espacio en el que crear en paz. Un lugar donde cocinar rico con un poco de música y un vaso de vino. Un lugar donde se quede tu estela de ducha al salir corriendo por la puerta. Un lugar donde desparramar papeles, revistas, escritos, ideas, sobre una mesa y empezar a trabajar. Un lugar donde andar con las puntas de los pies para asustarte cuando estás girado haciendo la cama. Un lugar donde repasar fotos, donde escribir, donde encender velas. Un lugar desde donde puedas decir: “Hoy no salgo” y algo se relaje dentro. Un lugar donde dejar notas, dibujos, trozos de chocolate. Un lugar donde desempolvar los recuerdos y que no duelan. Porque ya estás tranquila, ya estás en casa.

Después de meses de entrar y salir corriendo…más que querer, uno necesita, desea, pide… sin importar la forma, el tamaño, la estructura… ese lugar.


Sobre el mar de nubes

EN UN MUNDO DE FORMA PERFECTA, QUE ORBITA SIN DESCANSO, es posible encontrar un lugar en el que el tiempo no pase. Un lugar de uno, donde la respiración no se busca, sucede. Un lugar en el que uno aprende a despegarse los tentáculos del miedo y a curar los moratones que han causado, de tantos años que llevaba pegado.

En un mundo de forma perfecta nos encontramos y conectamos. Reconociéndonos seres solitarios y sociales al mismo tiempo. Buscando espacios a la vez que nos complacemos creando halos de luz comunes. Esa manera de levantar las cejas cuando uno se sorprende entendiendo, nos entendemos con poco. Con poco, basta.

Buceando con tortuga verde (Chelonia mydas)

HAY UN LUGAR DE TENERIFE DONDE APRENDÍ QUE LAS TORTUGAS HABLAN. En ese lugar habita una familia de tortuga verde (Chelonia mydas), una especie amenazada. Solemos ir a visitarlas a menudo y no hay día en que no nos encontremos con centros de buceo. Desde la superficie, les observamos.

Estos centros de buceo llevan a sus clientes no sólo a ver a las tortugas, sino también a alimentarlas para atraerlas, a cogerlas del caparazón, a darles la vuelta, a atraparlas por las patas… Qué necedad romper un equilibrio del que al final, ellos también están viviendo. ¿Dónde llevarán a sus turistas si un día esas tortugas desaparecen?

Busquemos nuevas maneras de mirar y en lugar de tratar a un animal salvaje como si fuera un perro, contemplémoslo. Aprendamos su lenguaje de acercarse y alejarse, mirarte de frente o de lado… contentas, de mala leche, sociables, un tanto agobiadas, serenas. Será verdad que en todo lo vivo existe la expresión. Nosotros, de tanto mirarlas, empezamos a entender su comportamiento. Con ello y sin querer, nos vamos adaptando al ritmo que este mundo de forma perfecta marca.

Reflexiones de fin de año (supongo)

HACE UNOS DÍAS QUE ME QUEJO POR DENTRO. Las dudas trotaban a lo loco, dándome coces en la cabeza. Hoy, se rompieron todas en un chasquido de luz, como si una bombilla encendida se hubiera caído al suelo. Cada vez estoy más cerca de donde quiero estar, cada vez más y mejor. Y entre tanta queja, incertidumbre, tambaleos y miedo, no me había dado ni cuenta.

Nos enseñan a prevenir, la mirada en negro para crearnos espacios de falsa seguridad. Cuando al final, puede que sólo se trate de cerrar los ojos, calcular el salto y lanzarse al vacío. Quizás caigamos sobre un suelo de hormigón o quizás crucemos una superficie azul para entrar por fin en una agua clara, suave, como en casa. Sea como sea, hagamos que valga la pena haber volado.

«We all like chocolate cookies»

DESDE COLABORATORIUM, TUVIMOS EL PLACER DE PARTICIPAR EN EL ACTO BENÉFICO QUE ORGANIZÓ LA FUNDACIÓN FIESTRELLES en el Caixa Forum de Barcelona el pasado 3 de noviembre. Nuestra contrubución al acto consistió en la presentación de un video promocional de la Fundación. Con él, iniciamos un proyecto que llevaremos a cabo durante el 2012 sobre el día a día de la Fundación.

Debo reconocer que lo que sentíamos al iniciar nuestra andadura con Finestrelles era un poco de temor hacia algo que desconocíamos. Hacia un esquema mental distinto, de cuyas reacciones no sabíamos qué esperar. Pero lo que nos encontramos fue un afecto sin límites, pudores o reparos; una entrega absoluta y un sorprenderse, un querer compartir que demasiadas veces falta en nuestra sociedad de sabios, elocuentes, educados y consecuentes.

Después de lo que vivimos en Finestrelles es inevitable que esas pequeñas historias que vamos a desarrollar no se basen ni en la pena, ni en el drama, ni en la reivindicación, ni en preguntas necesitando ser respondidas. Esas pequeñas historias de la Fundación se van a basar en lo que ese lugar y su gente son y nos enseñaron: puro amor.

Aquí os dejamos el video promocional que fue presentado en el Caixa Forum. Si queréis saber más sobre nuestros proyectos con la Fundación, clikad aquí y no dejéis de visitar nuestro blog.

(English version)

(Catalan version)

Rasguños

LA HERMOSURA DE UN ABISMO, UNA GRIETA DE CRISTAL. Mi boca abierta y unas manos que tiemblan. Ayer se me rompió el ojo de pez en dos. Aprendí a ver qué tiene valor para mí y qué no tanto, cuando lo primero que pensé al ver esa grieta en el cristal fue: «Ahora no puedo hacer fotos en el agua». Ahí nació el temblor.

Un tiempo sin duda de aprender a desprenderse, a vivir sencillo. He llegado al punto en que me es fácil. En esta isla, me es fácil. El tiempo se olvida, se escurre, se vive.

Y en cada rasguño… una oportunidad y un comienzo.

Golpe de riñón

ME DIJERON QUE LA TIERRA ESTÁ ARDIENDO, que cuece, que de tanto brotar se hará espuma. El norte será sur y el sur será norte. Quizás así se vayan disolviendo las fronteras. Quizás así, con un golpe de riñón, nos atrevamos a llegar hasta el fondo.

Y mientras tanto, en cada paso te cruzas con gente que habla tu mismo lenguaje. Gente con la que no hace falta hablar para entenderse. Gente de lejos y de cerca. Gente que conoces de hace unos minutos que parecen siglos. Gente que, en lo que se considera “un rato”, ya sientes como familia.

Gente que rompe lo que esperabas, que va más allá, que te deja cálidamente desnudo.

Es como si la Tierra ahora girara más rápido… y se fueran cerrando los círculos.

Bonito

«(…) La cosa va mal, la vida le pesa
Que vivir así ya no le interesa
Que seguir así no vale la pena
Se perdió el amor, se acabó la fiesta
Ya no anda el motor que empuja la tierra
La vida es un chiste con triste final
El futuro no existe pero yo le digo
Bonito, todo me parece bonito (…)
Bonita la paz, bonita la vida
Bonito volver a nacer cada día (…)
Bonita la gente cuando que no se arrepiente
Que gana y que pierde, que habla y no miente
Bonita le gente por eso yo digo
Bonito todo me parece bonito (…)
La mar la mañana, la casa, la samba,
La tierra, la paz y la vida que pasa.
Bonito, todo me parece bonito.
Tu cama, tu salsa, la mancha en la
Espalda, tu cara, tus ganas (…)
Bonita la gente que viene y que va
Bonita la gente que no se detiene
Bonita la gente que no tiene edad
Que escucha, que entiende, que tiene y que da (…)
Bonito, todo me parece bonito (…)»

«Bonito», Jarabe de Palo

Pase lo que pase en la tierra… una se acerca a la sal, saca cuatro fotos y todo le parece bonito.

Tenerife

UN CAFÉ DE AQUELLOS DÍAS EXTRAÑOS. Una terraza en una plaza de Gracia. Una marca de rueda de bicicleta en tus pantalones blancos. Tu cabello a medio rapar. Un «hace demasiado que no nos veíamos». Un «no puede ser, a partir de ahora vamos a vernos más». Un saber que era mentira. Sólo eso bastó para que me convencieras de que la fragilidad es buena… de que nos hace cercanos, nos hace humanos. Una fragilidad que quise mirar de frente. Y no me salía el llanto.

Decidí volar a una isla de ritmo absorvente donde el clima me reconoce. Donde puedo decir sin que suene incoherente que vale la pena vivir sencillo. Delante de mí, un océano de calma a pedazos, un césped, ocho palmeras, un porche de cuatro columnas de madera. El aire rojo y azul, que no dice nada. Conexión y fluir de luces que se reconocen. Paz. Creo que necesitaba esto.

Quise sin querer llenar tu pantalla con una prosa de versos flotantes que ahora quiero convertir en algo tan vanal como un diario. Para que quede marcado en algún sitio cómo va siendo llenar de verano mi invierno. Chapurreado, inevitablemente, de mis absurdos desvaríos. Porque hay cosas que nunca cambian.

Empezaré con un madrugón a medias y unas olas que de momento observé desde fuera, huyendo de conversaciones ajenas sin conseguirlo, en la Playa de las Américas, en Tenerife.